AGRAVIO A LA SOCIEDAD

Carlos Montemayor

La violencia de Estado agravia a la sociedad. Es insultante que la policía y el ejército, que debían servir de custodios de la libertad, priven precisamente de la libertad a ciudadanos inocentes e inermes. Agravia que el Ministerio Público, que debe asegurar la procuración de la justicia, pisotee los derechos de los ciudadanos. Se agravia a la sociedad cuando los jueces encarcelan, procesan y condenan injustamente en vez de fungir como garantes de la justicia en la sociedad entera. Es el mayor agravio que las autoridades políticas repriman y dejen una estela sangrienta en la sociedad a la que debían servir, proteger y salvaguardar. Estos agravios son injustificables en la conducta del ejército, cuerpos policiacos, jueces y autoridades políticas en los casos aberrantes de desprecio a los derechos humanos y civiles de los campesinos, carpinteros, profesores y regidores Loxichas aprehendidos en el año 1996 y que en 2008 siguen defendiendo su dignidad e integridad moral y social. No hay justificación ni dignidad en ninguna autoridad cuando la violencia de Estado se vuelve contra la sociedad misma.

jueves, 13 de mayo de 2010

CARTA DE IGNACIO DEL VALLE A 4 AÑOS DE LA REPRESIÓN A ATENCO

Al iniciar a escribir estas líneas, se amontonan mis pensamientos, se vuelcan en emoción por querer hacer presencia ante ustedes, por acercarme y estrechar su mano, imagino su rostro cordial y fraterno y busco entre ustedes a los que se marcharon, pero que aún están ahí­ porque su memoria los hace presentes; entre ustedes, entre nosotros, entre su pueblo y los miraremos por siempre en el rostro de nuestros pueblos en cada hombre o mujer, que alza su voz en pro de un mundo mejor; porque ese fue su encargo de no rendirnos jamás y el mejor homenaje a su memoria es seguir su ejemplo.

Me permito decirles que aun a pesar de lo desesperante que se presentan los acontecimientos cotidianos en contra de la lucha de otros hermanos que también han sido reprimidos, de los niveles tan graves que ha alcanzado la inseguridad, la falta de empleo, la carestía en lo más básico para el pueblo; tenemos que mantenernos de pie.
Sin olvidar en ningún momento a nuestros hermanos a nuestros compañeros presos, a sus familias a los que están ausentes a los que fueron sacrificados (masacrados), a sus padres.

Porque con nada alcanzaríamos a resarcir ni aliviar la pérdida y el dolor de esos jóvenes casi niños que nos arrebató la bestia. Que no valen tan solo palabras, porque nada reparará ni alcanzará para sanar la herida tan profunda que nos ha dejado la soberbia que representa el poder (los dueños del dinero).

Que esto no nos resigne, ni nos haga ceder. Al contrario nos tiene que mantener firmes; pues es un motivo más que se une a las causas que se vuelven inaguantables, que son los que dan origen a decidir un cambio y no quedarnos en la reflexión y en la evaluación de nuestras acciones; tenemos que pasar a la verdadera participación en la construcción de la organización de unidad más amplia en donde cada movimiento de lucha no sea aislada, ni desaparecida aceptando dadivas indignas.

Que se han adueñado no solo del fruto del trabajo del pueblo trabajador sino de los recursos naturales que no les importa el deterioro que dejan en el ambiente mirando Únicamente el aumento en sus ganancias. Empobreciendo y dando cause a las más terribles aberraciones sociales alcoholismo, prostitución, indigencia, pandillerismo, desempleo, migración, analfabetismo, inseguridad entre tantas otras de represión y muerte pues no les interesa pasar por encima de lo que sea necesario y esta amarga experiencia nos la da la historia y no la debemos olvidar pues en carne propia ya la experimentamos.

Motivo suficiente para no creer que la solución llegara por obra y buena voluntad por los que nos reprimen, porque eso nunca sucederá Porque para ellos la buena voluntad es la ganancia en dinero, el arrebato, el engaño y si en su camino su madre representa ganancia sin duda también la venden.

Tenemos que seguir construyendo la unidad y crear nuestros proyectos de autosuficiencia, en todos los Ámbitos por pequeños que parezcan son la base para desarrollar otros de mayor tamaño.

Porque la realidad es que tenemos lo más importante; la conciencia la que nos da lo que otros han perdido en las primeras batallas la que nos obliga a continuar la marcha.
Que nuestra memoria de lo acontecido, no se quede en tan solo un acto pasivo y de contemplación, o en un homenaje de dolor y de tristeza: al contrario nos coloque en el camino de lucha y unidad, de evaluación y reflexión crí­tica y sobre todo de participación.

Que el verdadero enemigo es el sistema que nos hace depender a sus intereses, administrando nuestras vidas con dadivas míseras he indignas, represión y muerte; cambia a nuestros hermanos en contra de su pueblo, aplicando artimañas vergonzosas e inmorales (divide y controlaras, al perro un hueso y se callará el que paga manda, y le ponen precio a tu voluntad).

No sé cuantas leyes tenga la dialéctica pero una de ellas habla de la unidad y lucha de contrarios que a fin de cuentas es un ciclo que da paso a otro en donde prevalezca, la equidad, el equilibrio, basado en el respeto legitimo y natural concepto primordial de convivencia entre seres llamados humanos. Sin lugar a duda nos ha tocado cosechar lo que otros han sembrado y hoy nos toca continuar sembrar y cultivar la semilla de la vida.

A ustedes compañeros todos(as) que han estado con nosotros y nos han traído de su pan, de su mano el apoyo que han hecho suyo nuestro dolor y rabia. A ustedes todos(as) nuestra gratitud por siempre, por su auxilio, por sus enseñanzas de seguir la marcha, por conseguir lo que no es tuyo ni mío, lo que pertenece a todos, a los de aquí­ a los de allá a los de ayer a los de hoy a los que llegarán mañana, para que no sea bruma, ni incierta su llegada, sin grilletes ni vendas en los ojos, ni amargura en su corazón.

A todos(as) hermanos(as) que luchan por su derecho en otros lugares, en la colonia, en la escuela, en la mina, en la fábrica, en su despido laboral injustificado, en la selva en el exilio a todos(as) los que resisten luchando por el respeto a una vida digna y condecoro va un fuerte abrazo fraterno y de lucha sin tregua.

¿Qué les puedo decir de dolor y de miseria? ¡Es como si preguntáramos de tristeza en un velorio, o que habláramos de asfixia estando sumergidos en el agua!

No te pido que luches por mí­, pero si te pido que luches por ti, que si lo haces, sea posible que tu lucha se extienda a los demás Y sin duda en ese camino me encontrarás.

Tampoco te pido que seas como yo, o que imites lo que yo hago, decídete he inicia lo que consideres, que el sabor del fruto de tu esfuerzo te aconsejara cuando debas cosechar.

Que tu credo no se base en lo que otros dicen, que sea lo que tus fracasos o aciertos te hayan enseñado. Así­ no tendrás que depender de nadie porque tú serás dueño absoluto de tus actos.

Los días buenos llegarán llenos de luz no porque sea natural; sino porque se unieron muchos cantos para levantar al sol, eso sí­ es extraordinario y sin duda natural.

Saludos a todos todas quien no los olvida ¡Ni perdón, ni olvido!

Ignacio del Valle
Hasta la victoria siempre. ¡Patria o muerte! ¡Venceremos!

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